Nunca fue santo de mi devoción C. Heston, pero desde Soylent Green y ésta, pasó a formar parte de mis muy respetados actores, e incluso por momentos de mis queridos actores. Más aún cuando hace un trabajo de excepcional calidad en el breve papel de actor nómada... en el Hamlet de Branagh...

Pero esta vez, aparte de que está muy bien interpretado su rico personaje, ha sido la estrella que hizo posible que los productores se arriesgaran con el siempre difícil Orson Welles. O sea que gracias a Charlton tenemos esta obra maestra llena de filigranas y composiciones visuales y argumentales magistrales con gran reparto y cameo especial del amigo Joseph Cotten.

Cine negro con comienzo y final asombrosos incluso hoy... y, al menos, la última versión que acabo de ver, vendida con el diario El País, España, con un montaje sensacional que incluye secuencias que no había visto.

Mención aparte para la creación de Welles en todos los sentidos, incluido el maquillaje para convertirse en el ser catastróficamente obeso en que acabó convirtiéndose, pues en este 1958 aún no estaba así. Era el hombre deformado y revuelto, obsesionado por una tragedia del pasado, "excelente detective y pésimo policía"... "un hombre excepcional... qué importa lo que diga la gente"...

Después de Kane, la mejor película de Welles. Lástima que los productores tuvieran razón y fuera un gran fracaso, aunque hoy es material sagrado, gracias, por supuesto a Charlton, un Ben Hur que se la jugó para poder trabajar con un maestro de maestros, tal vez el único verdaderamente grande y audaz que le dirigiera en toda su carrera.