Hay gente picajosa, políticamente correcta, que si ven en una película a un comunista que no echa espumarajos sentencian que estamos ante un nuevo e inadmisible panfleto filoestaliniano. Demasiadas horas de exposición cope. Son los neopuritanos, que ya huelen.
Aclaro que el comienzo de la película me hizo temer lo peor. Pero Zambrano sabe cómo construir una historia, melodrama si se quiere, pero todo el mundo tiene derecho a sentir...incluso los rojeras, que es lo que se subraya aquí, afirmación nada revolucionaria pero sí muy cinematográfica...Y la peli funciona, los personajes van cobrando relevancia a medida que interactúan, cuando les toca despedirse sientes que la película se acaba...Hay concertación de todos los elementos, sin duda la mejor música en este film la pone Zambrano.