Coproducción franco-hispana, sobre todo francesa, de suspense y agentes secretos en la estela de James Bond. Una maleta llena de explosivos acaba en poder de los malos y la misión del Servicio Secreto francés es obtener una especie de llave para desactivarla. La llave se encuentra en Barcelona donde, por casualidad, un agente estaba de vacaciones, así que le toca ponerse a la tarea. Sin ser gran cosa, esta película es correcta, hecha con profesionalidad y lo bastante entretenida como para verla hasta el final.

Casi toda la acción transcurre en Barcelona de forma que abundan los planos en technicolor de varios lugares: la playa, el puerto, el aeropuerto, las ramblas o el parque Güell. Es todo tan barcelonés que, durante una cena, varios intérpretes se ponen a bailar una sardana, como si fueran unos guiris de veraneo.

La música es llamativa por su variedad: típicas sintonías estilo Bond, melodías medio flamencas, jazz y música de sardana.

Las escenas de acción son más que aceptables, al menos para la época. Ya en la parte barcelonesa hay explosiones y alguna una persecución de coches, pero la persecución final camino del aeropuerto de Orly, y en la que hasta aparece una excavadora, es de diez.

En el reparto femenino destacan la rubia Sophie Agacinski y Teresa Gimpera con pelo castaño claro. Las dos están muy guapas, con peinado bob y unos vestiditos cortos adorables. En las escenas de playa salen varias chicas en bikini pero sin acreditar.