Haz click aquí para copiar la URL
Voto de El Despotricador Cinéfilo:
9
Comedia. Drama. Romance Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro. (FILMAFFINITY)
7 de marzo de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fuí a ver "The Artist" hace ya bastantes días con muchas expectativas, por lo que la contemplé con una mirada más crítica y feroz de lo aconsejable y, quizás también por ello, al estar ya tan condicionado me irritó tantísimo la película y salí tan decepcionado del cine.

¿Por qué esa irritación? Pues porque me pareció el guión de una extrema simpleza y poco originalidad. Era simplón, anodino, endeble, infantil y previsible en cada momento. Se sabía en todo momento lo que iba a pasar y cómo iba a pasar. La capacidad de sorpresa u originalidad era nula. Al ser tan previsible y obvio el interés para el espectador es mínimo. Mi impresión inicial fue que, más que un homenaje a ciertas películas clásicas, había espoleado completamente el guión de "Ha nacido una estrella" y "Cantando bajo la lluvia", así como a tantas otras. Por lo que a un nivel consciente la película me decepcionó y cabreó. Pero mi subconsciente me tenía preparada una sorpresa que me hizo replantearme por completo mi opinión.

Y es que esa noche, sin saber ni cómo ni porqué, me soñé con la escena final de "Intolerancia" de Griffith y la mezclé en el sueño con la emotiva carrera en coche de Bérénice Bejo en la película. Y al despertar lo comprendí todo. El gran mérito de "The Artist" no es la película en sí, que es banal, simplona y superficial, sino su gran capacidad para evocar emociones del mejor cine de todos los tiempos. Comprendí de repente, como con una convulsión, que muy deliberada e intencionadamente se había escrito un guión sencillo y lineal, confundí simpleza con sencillez. Y justo a partir de ese momento pude asimilar la maravillosa película que había visto el día anterior. No importaba qué contaba sino cómo lo contaba.

Y desde ese instante ya todo fue rodado, pues cada vez que recordaba cada una de las escenas de la película de Hazanavicius me sobrecogían otras imágenes de grandes clásicos del cine. Todo es perfecto en la película ya que consigue, desde la simpleza más absoluta, evocar un amor al cine mudo y a toda la cinematografía en general . Te hace amar el cine más de lo que creías y, sobre todo, acumula en su metraje toda la esencia, aroma y enjundia de porqué el cine es grande y porque lo amamos tanto.

Esta claro que hay películas que hay que dejarlas reposar un tiempo y que sea nuestro subconsciente quien opine. Cuando el poso que queda de la visión del film empieza por fin a asimilarse nos damos cuenta de lo grandiosa, fascinante, cautivadora y absolutamente maravillosa que es The Artist. Cine en estado puro. Eso no es solo fruto del talento, la casualidad o la profesionalidad de quienes intervienen. Es simplemente fruto de esa magia que toca a ciertas películas y que se filtra en ellas sin saber ni cómo.

www.eldespotricadorcinefilo.com
El Despotricador Cinéfilo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow