Una cosa es que traten de ofrecerte una peli de ficción, y otra muy distinta es que traten a determinado tipo de público como si fuera idiota. Esta afirmación con la que inicio mi crítica y que a buen seguro sugiere que me lo he pasado mal viendo la película obedece a que la percepción que tengo es que sus integrantes no han sabido centrar bien la aventura, haciendo de las incongruencias una fórmula cansina. Quizás debido a que te cuelan referencias -sin sentido- a varios autores, a que queda un tanto forzado y metido con calzador toda la parafernalia que al final, a lo máximo que uno llega es a conformarse con poder ver una buena ración de buenos efectos especiales, algunos interesantes escenarios y a pensar que alguien con otros gustos diferentes quizás pueda disfrutar y encontrar aquí una digna continuación, continuación que en mi opinión, apenas salva los muebles, y no llega a ser tan divertida como la primera entrega.
El actor de moda Dwayne Johnson "The Rock" se embarca en una aventura en la que se sustituye el parentesco de tio por el de padrastro, y elimina de la ecuación a Brendan Fraser. Un incentivo para ver la peli deberían ser las gotitas de humor que caracterizan estas aventuras y el contar con personajes simpáticos pero éstos resultan únicamente soportables y tampoco actoralmente hablando el elenco es que aporte brillantes actuaciones.
Dentro de lo positivo es que no hace daño a nadie, pues no en vano, a pesar de que se acaba mirando el reloj, resulta entretenida para la baja valoración que ostenta. Teniendo en cuenta que la primera entrega resultó considerablemente más satisfactoria, es una continuación digerible exclusivamente dirigida al público infantil y/o para ver en familia.