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Voto de Marius:
37.929
Drama. Intriga
En 1913, en vísperas de la Gran Guerra (1914-1918), extraños acontecimientos, que poco a poco toman carácter de castigo ritual, se dan cita en un pequeño pueblo protestante del norte de Alemania. Los niños y adolescentes del coro del colegio y de la iglesia dirigido por el maestro, sus familias, el barón, el encargado, el médico, la comadrona, y los granjeros conforman una historia que reflexiona sobre los orígenes del nazismo en ... [+]
26 de enero de 2010
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La historia de The White Ribbon se sitúa en un pueblo protestante del norte de Alemania en vísperas de la I Guerra Mundial aparentemente tranquilo en el que apenas sucede nada, pero cuyos habitantes -niños y adultos- esconden en sus corazones todo un dantesco espectáculo lleno de represión, ira, doble moral, rencor, intolerancia y crueldad.
El tempo narrativo es lento -recuerda mucho a Dreyer y Bergman- pero te envuelve desde el primer plano hasta el último, te absorbe y consigue llevarte hasta los más profundos miedos que se esconden en los recovecos del alma humana, aquellos que alumbran fantasmas y producen monstruos. Es un terror que nos asusta más por lo que sugiere que por lo que realmente muestra, por sus tremendos silencios más que por los diálogos y porque plantea más preguntas que respuestas.
No veo tan claro que la película sea un fresco sobre cómo un modelo social y educativo intolerante y represivo gestó el germen del futuro nacionalsocialismo en Alemania. Es obvio que Haneke sitúa la acción en este país pero parece que su intención va más bien en la línea de mostrar cómo interiorizan un grupo de niños los valores considerados como absolutos que les inculcan sus adultos. Cuando estos ideales o principios se consideran absolutos, sean políticos o religiosos, y se aplican al pie de la letra se convierten en inhumanos y conducen al totalitarismo y al terrorismo sean del color que sean.
La fotografía en blanco y negro es asombrosa y se adecua muy bien a la época que narra, además contribuye a crear un cierto distanciamiento con el espectador al igual que la voz en off que para mí no está de más.
El reparto coral es impresionante, de lo mejor en mucho tiempo, tanto por parte de los actores adultos como de los niños.
The White Ribbon es para mí una película tan impactante como difícil de digerir; que te deja prendado por sus evocadoras imágenes y que te deja muy tocado porque te llega muy dentro, te remueve las entrañas y hace que afloren todos tus fantasmas interiores bajo la rotundidad de su discurso y de todas las preguntas incómodas que nos plantea.
El tempo narrativo es lento -recuerda mucho a Dreyer y Bergman- pero te envuelve desde el primer plano hasta el último, te absorbe y consigue llevarte hasta los más profundos miedos que se esconden en los recovecos del alma humana, aquellos que alumbran fantasmas y producen monstruos. Es un terror que nos asusta más por lo que sugiere que por lo que realmente muestra, por sus tremendos silencios más que por los diálogos y porque plantea más preguntas que respuestas.
No veo tan claro que la película sea un fresco sobre cómo un modelo social y educativo intolerante y represivo gestó el germen del futuro nacionalsocialismo en Alemania. Es obvio que Haneke sitúa la acción en este país pero parece que su intención va más bien en la línea de mostrar cómo interiorizan un grupo de niños los valores considerados como absolutos que les inculcan sus adultos. Cuando estos ideales o principios se consideran absolutos, sean políticos o religiosos, y se aplican al pie de la letra se convierten en inhumanos y conducen al totalitarismo y al terrorismo sean del color que sean.
La fotografía en blanco y negro es asombrosa y se adecua muy bien a la época que narra, además contribuye a crear un cierto distanciamiento con el espectador al igual que la voz en off que para mí no está de más.
El reparto coral es impresionante, de lo mejor en mucho tiempo, tanto por parte de los actores adultos como de los niños.
The White Ribbon es para mí una película tan impactante como difícil de digerir; que te deja prendado por sus evocadoras imágenes y que te deja muy tocado porque te llega muy dentro, te remueve las entrañas y hace que afloren todos tus fantasmas interiores bajo la rotundidad de su discurso y de todas las preguntas incómodas que nos plantea.
