La adaptación como tal es excelente. No quita ni cambia prácticamente nada de la novela de Stephen King. El problema es cuando el material no es lo suficientemente bueno, y queda una película del montón como ésta.
Christopher Walken es lo mejor. El feo actor realiza bastante bien su papel de vidente.
Por otro lado tenemos a Martin Sheen haciendo de político con más de un secreto.
Pero el argumento, o más bien su lento desarrollo, hacen que no sea lo suficientemente entretenida.
Es una idea interesante, pero tiene un ritmo demasiado lento. Me gustaría que se centrara más en las visiones y en cómo evitar los sucesos, que no en los dramas personales del protagonista. Aunque, como ya digo, el libro es exactamente así.
Quizás sería un caso raro en el que a la película le hubiera venido bien quitar o resumir las partes menos interesantes de la trama.
De Stephen King, prefiero otras historias que están más volcadas en el terror.
Aunque para terminar, debo decir que quizás es que la he visto demasiadas veces y no es apta para eso. Lo cierto es que la primera vez sí que me gustó mucho, pero luego iba perdiendo cada vez más fuelle con los revisionados y así es como la recuerdo, como nada del otro mundo.