Prácticamente el único aliciente que tiene para decidir ponerse a verla, es su paso por el festival de Sitges. Por lo demás no tiene ni presupuesto, ni un reparto importante, ni siquiera promoción. Aunque, por supuesto, esto no tiene por qué ser un problema a priori.
La joven Marga vuelve a su casa familiar, donde tiempo atrás cayó un pequeño meteorito. Las reformas sacan a la luz un misterio. Pero esto no es terror al uso, sino más bien ciencia ficción en la línea de “Frequency” o “Durante la tormenta”. Pero aunque le sobran buenas intenciones, me temo que no consigue demasiado.
No es solo la falta de medios, sino que también su montaje y realización son cutres, tengo que decirlo.
La ambientación y el guion están tan mal llevados (a pesar de tener buenas ideas), que esto difícilmente puede enganchar a nadie.
Es una película muy pobre en la que no hay ningún otro elemento que lo compense o haga que no nos demos cuenta de su factura de telefilm de saldo. Además de lo dicho, las actuaciones y la banda sonora son totalmente horrendas.
No hay mucho que rascar en este “quiero y no puedo”, que con algo más de talento narrativo podría haber estado bastante bien. Vigalondo consiguió mucho más en “Los cronocrímenes”, que tiene muchísimos menos efectos especiales que esta.
Me da pena poner a parir una ópera prima como esta, pero no me queda más remedio.