Con semejante material de base, lo tenían relativamente fácil.
La novela es tan buena que lo único que hacía falta era que la producción fuera larga (mejor serie que película, en este caso), y que hubiera una fuerte inversión económica para poder recrear bien esa época y la ambientación.
Todo es de calidad: El reparto, el diseño de producción, la fotografía, la banda sonora de Trevor Morris, etcétera.
La historia ya la creó Ken Follett a la perfección, siendo una saga épica medieval con muchos personajes, y que se desarrolla a lo largo de varios años y que vendió la tira de ejemplares en su momento.
Quizás me gusta demasiado la serie precisamente porque me encantó el libro, pero creo que la historia es lo bastante interesante como para considerarla buena aunque no te hayas leído semejante mamotreto.
Entre los actores, destaca Ian McShane como el malvado Waleran, auténtica serpiente en la sombra, que mueve hilos y destruye vidas a su conveniencia. La verdad es que el clero no sale demasiado bien parado, aunque en la Edad Media estaba demasiado apegado al poder político como para que no sea creíble que hubiera personajes con tanta corrupción y crueldad como este.
Otro al que llama la atención ver es a Eddie Redmayne, que cuando hizo esto no le conocía nadie, y mira por donde que se ha convertido en un actor muy respetado en el cine.
En su contra, que en su afán de concentrar el libro sin dejarse nada atrás, todo transcurre con una velocidad un poco excesiva. No me gusta la lentitud, pero en este caso pasa todo lo contrario. Casi no da tiempo a asimilar todo lo que acontece, y menos con tal cantidad de personajes, pero por lo menos debido a eso no se han comido nada importante de la novela, eso está claro.
¡Muy recomendable!