El género de mafia es como la discografía de Lindsey Stirling: es prácticamente imposible encontrar un título malo. Pero este film en concreto no cuenta con grandes elementos para destacar ni acercarse siquiera a los clásicos más famosos, aunque el reparto y el argumento cumplan por la mínima.
El actor más reputado aquí es Dennis Hopper, que no significa que lo haga mejor ni que salga mucho. De hecho, le vemos solo lo justo como para aparecer en la lista de actores del cartel y que ni siquiera pongan su cara. Peor incluso para Val Kilmer, que encima de que sale poco, lo hace fatal. Es el típico actor con cierto éxito de joven, y que de mayor no levanta cabeza en su carrera.
Pero los jóvenes Ribisi y Marsden sí están a cierta altura, sobre todo para no tener mucha experiencia en dramas importantes.
El rollo de infiltración en la familia está muy visto, pero siempre es interesante por lo mal que suele pasarlo el protagonista. Pero aquí tampoco han sabido desarrollarlo o aprovecharlo bien.
Hay influencia descarada del cine de Scorsese y Tarantino (la escena del coche es un plagio total de “Reservoir dogs”), pero por supuesto no hay color. De lo contrario, “Entre la décima con Wolf” sería recordada y conocida por el gran público, cuando realmente es un título muy menor que pocos hemos visto. Se nota porque tiene muy pocas críticas en esta página.
A su favor, que es lo suficientemente entretenida y no se enrolla, durando unos 100 minutos que distan mucho del habitual estiramiento de estas películas.
En el otro lado de la balanza, lo dicho, que es un “quiero y no puedo” y a pesar de su esfuerzo, se queda a medias con su falta de originalidad y escasez de escenas impactantes.
Es aceptable, pero después de verla se olvida con una facilidad pasmosa. Un 5 más claro que el agua limpia.