Es curiosísima esta serie. No solo recupera una película de culto de los 80, muy especial pero realmente no demasiado conocida por el gran público, sino que lo hace respetando su formato original.
Lo más normal habría sido crearla íntegramente por infografía, pero han preferido usar (al menos para los personajes principales) las marionetas de Jim Henson.
El mayor presupuesto y los medios técnicos respecto al original, se notan. La serie no tiene un aspecto anticuado, y además se han complicado mucho la vida con un mayor dinamismo de los muñecos, más acción y escenarios muy trabajados. Cuando la vista se termina de acostumbrar a sus peculiaridades estéticas, no nos queda otra que disfrutar de su derroche de fantasía e imaginación, cargada de nostalgia y el sabor de los 80.
Por lo demás, la trama es sencillita y fácil de seguir, lo cual no es malo. Tenemos los arquetipos del héroe (o heroina) a la fuerza, y del cuestionamiento del poder establecido, así como el típico viaje lleno de aventuras y criaturas fantásticas.
Los personajes son adorables y los “bichos” secundarios realmente tiernos. Pero el tono está muy bien medido. Siendo familiar, no llega a ser infantil como para espantarme, al menos a mí, que en el fondo soy un niño de los 80 y a lo mejor por eso me gusta tanto esto. Además, el humor, con el que no se exceden, no me llega a molestar tampoco.
Por cierto, veo en los créditos que las voces en versión original son de muchos actores famosos. Eso no lo apreciamos con el doblaje, pero demuestra que esta producción se la han tomado muy en serio y han querido cuidarla al máximo.
Así que Netflix ha vuelto a hacerlo. A diferencia de lo que le pasa a veces a los “skeksis”, este experimento ha salido realmente bien. Como mínimo, respeta e igual al original, incluso a veces me entran las dudas de si esta serie no estará incluso mejor.