Seguramente hay que ponerla entre los ejemplos más destacados del cine de romanos (odio llamarlo “peplum”) del que ponen en televisión en plena Semana Santa todos los años, aunque claramente es algo inferior a la grandiosa “Ben Hur”.
La historia es estupenda. Trata sobre la extensión del cristianismo en Roma durante el terrible imperio de Nerón, una “omnímoda fuerza atroz”. Sin ninguna duda, la actuación de Peter Ustinov es lo mejor de la película. Su genial trabajo transmite muy bien esas manías y locuras que tenía este dictador, digno de ser llamado psicópata.
El film está hecho con el cariño y buen hacer propios de las superproducciones de esa época, cuando todo tenía que hacerse desde cero. El desfile militar, por ejemplo, es espectacular y se nota un trabajo colosal de producción y extras.
Pero la mayoría del tiempo transcurre en momentos más íntimos, con secuencias de diálogos en interiores y un estilo verdaderamente teatral, lo cual no es nada malo (recordemos lo mucho que se consiguió con tan poco en “Yo, Claudio”, por nombrar una serie algo similar).
Los personajes son interesantes, con sus dilemas morales por la religión y la esclavitud. Por cierto, es impresionante el esclavo “Ursus”.
Sus casi tres horas se hacen bastante menos pesadas que en muchos otros grandes títulos de cine clásico. Así que eso dice mucho en su favor.
No solo es una buena película para ver en Semana Santa o en colegios religiosos. Es buen cine, y punto.