Películas de mafia hay muchas, y normalmente siguen todas el mismo esquema. En el género negro también parece que está todo inventado.
En "Brigada de élite", lo que se ha hecho es fusionar ambos géneros, pero con un lavado de cara que a mi juicio ha salido bastante más que bien.
Están todos los elementos que nos podemos esperar: El capo malvado (un Sean Penn que se come la pantalla), los ajustes de cuentas, una mujer fatal (la bellísima Emma Stone), las calles y clubs nocturnos en los años 40 (en este caso en Los Angeles), y un policía con sombrero y esposa preocupada que se dedica a ir detrás del malo.
Josh Brolin es el poli bueno que recluta una banda que opera al margen de la ley, para evitar los sobornos y la corrupción que campa en el cuerpo de policía.
El elenco de actores está repleto de caras conocidas para el cinéfilo medio. Todos los personajes tienen además su personalidad, aunque aparezcan poco.
Pero sin duda, lo mejor del film es algo que no se suele encontrar ni en las películas de policías en los años 40 ni en las de mafia, y es su acertadísimo ritmo.
"Brigada de élite" es frenética. No da un respiro al espectador ni siquiera en sus tiempos muertos. No le sobra ni un maldito fotograma. Todo pasa porque tiene que pasar y en su justa medida. Las escenas son cortas y contundentes. Esto tiene como resultado que la película sea increíblemente entretenida, que se pase muy rápido y que se disfrute de principio a fin.
Pero no se conforma con ofrecer estupendas interpretaciones y contar una amena historia, sino que también tiene bastantes escenas de acción de la buena. Especialmente intensas son las escenas de la persecución de coches y el enfrentamiento final.
Muchas películas y series (señalo directamente a "Boardwalk empire", con sus desesperantes pausas de guion) deberían aprender de esta de cómo hay que entretener al público yendo al grano y sin dar rodeos.
Toda una gran película que sabe combinar a la perfección la comercialidad y la calidad cinematográfica.