¡Qué malo es Christopher Walken! Mira que elegir a este bonachón padre de familia con la cara de Johnny Depp para perpetrar sus maléficos planes. Es muy vil.
Y aquí tenemos a papá Depp coaccionado y puesto al límite en una carrera contrarreloj filmada en tiempo real. Esto siempre gusta verlo, que traten de ser realistas en cierto sentido y no haya cortes de tiempo. Ello da al film un ritmo frenético que ya quisieran tener muchos thrillers como este.
Depp siempre ha sido buen actor, y aquí lo vuelve a demostrar. Además, su papel, como suele suceder, no se parece mucho a ninguno de los otros que ha hecho.
El malo está genial. El poco agraciado físicamente Christopher Walken es capaz de dar ganas de matarle, por lo mal que se porta con esta familia feliz.
Del argumento, no conviene contar nada. Baste decir, que cumple perfectamente como todo buen thriller con sus correspondientes dosis de tensión y giros inesperados.
Es una más del género, pero contando con buenos actores.