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Voto de Ciclocampista:
2
Drama El Coronel Hudson Kane llega para hacerse cargo de una institución psiquiátrica ubicada en un castillo en Nueva Inglaterra, es para oficiales militares que se han vuelto locos durante el ejercicio de su deber. Su trabajo es decidir si los hombres están realmente locos o no; tiene métodos inusualmente eficaces. Considerada por su director la verdadera secuela de "El exorcista". (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2022
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces parece que queramos darle más nota a una película por nuestro mérito cinéfilo en haberla conocido dada su rareza, la dificultad de encontrarla, etc. Se le otorgan unas notas sobrevaloradas que parecen más una valoración del propio mérito, un "he visto esta película rarísima", que una valoración honesta de la película en sí. Pero la rareza por sí misma no hace algo "de culto".

La valoro ya antes de desarrollarlo: irregular, ridícula, mal envejecida y directamente irritante hasta que por fin arranca sobre la hora y cuarto. Es tan insoportable que no conseguí verla del tirón, entre lo soporífera que es y la sensación, literal, de vergüenza ajena. Es así de mala.

Antes da nada hay que aclarar también, ya que es por lo que casi todos habremos llegado a este título, que no tiene nada que ver con "El exorcista", salvo la conexión temática con la salvación mediante el sacrificio y esos otros detalles que explica muy bien en su comentario el usuario Óscar. También llegó a decir el director que el astronauta sobre el que se centra la historia, aunque no es el mismo actor, sí es el mismo personaje al que Regan advierte que morirá en el espacio. Pero no hay más conexión con "El exorcista" que la temática.

¿Cosas buenas? Algunas interpretaciones, como el mismo Stacy Keach que está soberbio y puede que sea el mejor papel de su carrera (o de lo que yo he visto). Alguna escasísima escena que resulta inquietante, que consigue crear una atmósfera, y un par de planos intensos. Pero no exagero al decir que todo esto suma diez minutos salvables como mucho.

El resto es infumable hasta la incomodidad. Como contrapartida a las actuaciones de calidad tenemos unos locos, que llenan la película, que resultan insoportables desde el minuto uno, unos personajes de literalmente vergüenza ajena con unos actores sobreactuados desatando una vena teatral histriónica que resulta falsa y ridícula, culpa de la dirección de actores ya que sucede con todos ellos.

La caracterización de estos locos es caricaturesca, estereotípica, locos de entremés del siglo XVII y, lo que es peor: son todos el mismo tipo de loco, es el mismo personaje extravagante en el que solo cambia su idea fija. Este habla a los átomos, este cree estar en Venus, este quiere hacer una obra de teatro con perros... Imperdonable dada la calidad del cine sobre enfermos mentales que ya se había hecho en ese momento.

La inadecuación y mezcla de tonos destroza las posibilidades de la película. Tenemos un continuo salto y mezcla entre el realismo de tono serio, trágico y trascendente y la astracanada teatral más chabacana y anticuada. Son nada menos que tres cuartos del metraje centrados en estos locos, en una progresión cada vez más forzada y falta de realismo en la que ni sabemos si lo que vemos es humor fallido o involuntario. No son locos que sufren, son idiotas de vodevil zafio. Es de verdad mala y desde luego fallida sea cual fuera la intención.

Lo que se podría haber hecho con esta historia en el ambiente opresivo de un psiquiátrico, rodeado de una representación oscura del sufrimiento de la enfermedad mental... Pero no, los "graciosos" disparates de locos vestidos de hombres rana, superman, astronauta...

Luego pasamos a los moteros malos unidimensionales salidos de los peores clichés del cine cutre de los ochenta.

Y si nos metemos con la verosimilitud de la idea principal...: los enfermos mentales se curan con un sacrificio. Cómo no se le ha ocurrido a nadie antes, la de litio que nos hubiéramos ahorrado. Una historia muy creíble.

No hay por dónde cogerla.

En fin. ¿Que tienes una curiosidad enorme? Pues venga, adelante, pero yo recomiendo dejarla pasar, no merece la pena el esfuerzo.
Ciclocampista
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