Siempre me gustó la serie de dibujos pero cuando entré a la sala de cine para ver "Spiderman" no esperaba tanto de ella. Salí siendo el fan nº1 del héroe arácnido, rivalizando con mis amigos por ver a quien le había gustado más. Lo único que nos faltó fue coger arañitas para que nos picaran y conseguir así los ansiados superpoderes.

La película nos muestra al protagonista como un adolescente torpe e inseguro pero de gran corazón. Considero una de las claves del enorme éxito del film la forma en la que trata Raimi el proceso de conversión de Peter Parker en Spideman. Un chaval asustadizo obtiene de manera accidental unos superpoderes y ante su sorpresa e incredulidad inicial se siente seguro para poner en su sitio al corredor de apuestas de aquel local de lucha (Ignoraba que ese fuera mi problema...).
Aunque los efectos especiales en algún momento flojeen, esto es lo de menos en un film en el que prima el aspecto íntimo del protagonista, con especial mención a su predilección por su vecina Mary Jane.
Además, Maguire sabe trasladar la carga emocional del personaje de manera notable y el personaje del Duende Verde le viene como anillo al dedo a Dafoe. Por su parte, Raimi despierta de forma eficaz los sentimientos del espectador al más puro estilo Spielberg.
Una gran peli de superheroes a la que no le falta de nada.