Tras ver estos primeros capítulos de la temporada 1, un tanto express, he de decir que no me ha emocionado en demasía. Quizás porque esperaba más y me he encontrado una serie que es sencilla y directa al grano, con el típico héroe que anda un tanto amargado de lo que le rodea. En cuanto a la técnica, esperaba más, aunque las animaciones se ven fluidas, algunos rasgos fallan a veces y el dibujo se hace tosco, yendo a medias con el animé japonés y la más pura escuela occidental, que es lo que hace que el movimiento parezca más lento. Gana mucho con el look nipón, respetando el origen de la saga de videojuegos creada por Konami y su imagen gótica. Lo que más me ha decepcionado, siendo un conocedor del juego, es la anodina banda sonora: todos los Castlevania para consolas destacaron en el apartado sonoro. Pensé que en la serie sería igual, pero se quedan muy rezagados en este aspecto.
A la espera de la segunda temporada, este es mi punto de vista actual. A ver qué tal la continuación.