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España España · Almendralejo
Voto de Siferval:
4
Comedia. Romance Las alarmas de Koldo (Karra Elejalde) se encienden cuando se entera de que su hija Amaia (Clara Lago), tras romper con Rafa (Dani Rovira), se ha enamorado de un catalán (Berto Romero). Decide entonces poner rumbo a Sevilla para convencer a Rafa de que lo acompañe a Cataluña para rescatar a Amaia de los brazos del joven y de su ambiente. Secuela de "Ocho apellidos vascos". (FILMAFFINITY)

14 de septiembre de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Secuela que se nota a la legua que fue hecha con prisa (un año de diferencia la separa de Ocho Apellidos Vascos) y que flojea en lo que le dio el éxito a la original: el guión. Si bien es cierto que no es un dechado de originalidad, el guión de Apellidos Vascos destaca por reflejar con cierta fiabilidad los clichés de los choques de culturas tan distanciadas, pero a la vez hermanadas, del humor vasco y el andaluz. En estos Apellidos Catalanes esa frescura y sorpresa se queda en el camino y va por veredas más tortuosas si lo comparamos con la agilidad y fluidez de la primera entrega. Se nota la falta de elaboración en un guión escrito a contrarreloj y que se mete demasiado en los clichés del conflicto catalán (y más en una época muy convulsa con el tema de la independencia catalana). Al final, la película se vuelve más simplona y nos deja algunos chistes que no logran salvar la precipitación de esta producción.

Emilio Martínez-Lázaro (Las 13 Rosas) volvió a situarse tras las cámaras y contó con el mismo elenco de actores: el gracioso Dani Rovira (Superlópez), el gran Karra Elejade (100 Metros), la siempre acertada Carmen Machi (Thi Mai) y una floja Clara Lago (Al Final del Túnel). A ellos se les unen la experimentada Rosa María Sardá (Te Doy mis Ojos), Belén Cuesta (La Trinchera Infinita) y un estupendo Berto Romero (3 Bodas de más) que para no tener una formación profesional como actor lo hace bastante bien. Entre todos no logran reflotar una película que aunque es graciosa le falta un punto de cocción y deja como principal paladín de la refriega a Karra Elejalde, que sigue tan metido en el papel como si no se lo hubiera quitado desde la primera parte. También el hipster too love de Berto deja algunas anécdotas pero no son suficientes para hacer de Ocho Apellidos Catalanes tan redonda como su predecesora, la mayor sorpresa de la taquilla española de los últimos años.

En definitiva esta es una película que se deja ver hasta el final, con sus momentos cómicos pero que se hace muy previsible con la boda de por medio y con un desenlace que se intuye desde el minuto uno. Está bien rodada, pero la precipitación en la producción provoca que no se pueda aprovechar una idea que no era del todo mala y a la que le falta madurez para calar más en el ente público. Una lástima, porque el elenco de actores hizo todo lo que pudo para sacar adelante una producción demasiado verde.
Siferval
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