Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Daniel Valcarce:
8
Cine negro. Intriga Ned Racine (William Hurt), un joven abogado de Florida, lleva una vida normal hasta que conoce a Matty Walker (Kathleen Turner), una tentadora y sensual mujer casada con un rico hombre de negocios (Richard Crenna). Ned pronto se da cuenta de que Matty es la clase de mujer por la que un hombre sería capaz de todo... (FILMAFFINITY)
13 de septiembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comenzaba la década del 80 cuando Lawrence Kasdan decidió debutar en la dirección con “Cuerpos Ardientes” (1981), inspirándose en el clásico film-noir “Double Indemnity” (1944) de Billy Wilder y demostrando así su admiración por las fórmulas impuestas en el cine negro del antiguo Hollywood. Los 80 fueron clave para Kasdan, imponiéndose como exitoso guionista de las sagas StarWars e Indiana Jones, y destacándose en la dirección de notables películas ochenteras como Reencuentro (1983), Silverado (1985) y Un Tropiezo llamado Amor (1988). Su carrera como director y guionista se extiende hasta la actualidad con una larga lista de películas, acumulando tres nominaciones al Oscar a mejor guion e incluso ganando el Oso de Oro en el Festival de Berlín por su película Gran Cañón (1991).

En gran medida “Cuerpos Ardientes” funciona casi a la perfección gracias a la electrizante química lograda por William Hurt y Kathleen Turner en los roles protagónicos. Utilizando las convenciones del cine-noir hollywoodense de antaño, pero añadiendo una alta cuota de erotismo y sexualidad, la historia se desarrolla con pocas escenas a la luz del día y más bien cargada en escenas que seducen al espectador en la magia y oscuridad de la noche. En este sentido, el trabajo fotográfico del veterano Richard H. Kline es un punto alto a destacar, ya que resalta en todo momento la apasionada infidelidad con que la pareja se reúne, y donde poco a poco se va dibujando esa trama fatal e impredecible que entre giros y sorpresas, inevitablemente nos llevará a un inesperado desenlace. El propio Kasdan ha declarado que quería que su película se percibiera con “la intrincada estructura de un sueño y con la textura de una gran historia”, y es así como todos los ingredientes parecen funcionar muy bien en “Cuerpos Ardientes”. Tanto la edición a cargo de la expertísima montajista Carol Littleton, como la delicada y jazzista musicalización a cargo del maestro John Barry, ambos grandes nombres del mejor cine de Hollywood, contribuyen a hacer de la película una de las más exitosas y sexies de la década de los 80.

Cabe destacar que esta cinta no sólo marca el debut de Kasdan como director, sino que también marca el impactante debut de la actriz Kathleen Turner, quien con su cabellera rubia, su inconfundible voz gruesa y ya sea vestida de radiante blanco o bien desnuda en la intimidad, calzó perfecto en el rol de femme fatale tan característico del mejor cine negro. Su trabajo cautivó a la crítica y a las audiencias ochenteras, logrando ser nominada al Globo de Oro y al Bafta a la mejor actriz revelación del año 81, lo que la convirtió instantáneamente en una rutilante estrella del cine mundial.

Texto: Daniel Valcarce
Daniel Valcarce
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow