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Canadá Canadá · Montreal
Voto de hpbordon:
4
Fantástico. Aventuras Con una extraordinaria habilidad para guiar la imaginación de los demás, el Doctor Parnassus oculta un oscuro secreto. Siglos atrás hizo un trato con el Diablo para ganar inmortalidad, a cambio de entregarle a cualquier hijo que tuviese al cumplir los 16 años. Ahora, deambulando con su humilde teatro ambulante y con una hija a punto de llegar a esa edad, Parnassus está decidido a cambiar el trato.(FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2009
34 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la primera vez que en mitad de un rodaje surgen inconvenientes que dificultan la realización de una película. En el caso de “The Imaginarium of Doctor Parnassus” es la repentina muerte del actor Heath Ledger lo que ha entorpecido enormemente la continuación del film de Terry Gilliam.
Muchos otros directores o productores habrían tomado la noticia con desconsuelo y habrían tirado por tierra todo el trabajo realizado hasta el momento, con la consiguiente suspensión del rodaje.
Pero no sé si ha sido Terry Gilliam, o los que habían invertido en el proyecto, o los tres reconocidos actores que han reemplazado a Ledger sin cobrar a cambio de darle sus honorarios a la hija del fallecido (son nada más y nada menos que Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell), los que han decidido salir adelante con tan atrevido propósito, y continuar así una película en la que uno de los actores principales ya no puede aparecer.
Pues bien, con el riesgo asegurado, el fracaso está siempre más al alcance de uno. Y en cierto modo, la historia que se comenzaba a vislumbrar sobre un circo ambulante, no tenía la mejor de las pretensiones posibles, aferrándose en todo momento a la gracia de sus actores, con más aire de una simple comedia de aventuras que de una tragedia enigmática.
Por eso, cuando Heath Leger desaparece del reparto y comienzan las “travesuras” de Gilliam y sus amigos, lo que podría haber sido una interesante consecución de unos hechos que aún no poseían demasiada lógica, se desvanece, comprensiblemente en este caso, por la artificiosa y, nunca mejor dicho, fantasiosa aparición de estos “tres mosqueteros”, que parece que van a rescatar al film, y lo poco que consiguen es hundirlo aún más si cabe en una caótica alucinación.
Porque uno no esperaba al Terry Gilliam de los Monty Python, ni al de “Brazil” ni al de “12 monos” ni al de “Miedo y asco en Las Vegas”, pero si tanto se presume de efectos visuales, yo más bien contemplo unos elementales juegos con el 3D, que hoy en día están al alcance de muchos y ya no pueden considerarse, ni mucho menos, como un sello de identidad para un director que ha tenido unos grandes momentos y que, por unas o por otras, no vuelve a tenerlos.
hpbordon
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