Tostonazo del bueno. El guión es deleznable. El hilo narrativo brilla por su ausencia, siendo lo mismo todo el rato: la buenorra acosada por un psicópata. El final ya es para nota, donde el giro argumental se hace todavía menos creíble, rozando el paroxismo más absurdo. En escenarios desde luego han echado el resto, y por cierto, también poco o nada creíble el callejón de las narices.

Ana de Armas es un bellezón, pero sus cualidades interpretativas son algo más que discutibles. Hay que reconocer que esta muy buena, pero no es argumento que sustente el visionado del film. Enormemente agradecido al señor Trashorras por la poca duración de la cinta; sus más allegados se lo agradecerán enormemente.

Lo mejor es el baile con el que empieza la protagonista los títulos de crédito; que expresividad por dios tiene esta muchacha en la mirada, encandila al menos propenso con su contoneo de caderas, su caída de ojos y su perfecto ritmo en una coreografía en la que he percibido muy poquito o nada de interés. Aún así es lo mejor de todo, los primeros tres minutos.

Lo peor: el insulso argumento, las patéticas actuaciones y el final incongruente.

Que la disfruten más que yo.