Un grillado, que me parece muy triste la vida que le han dado, pero que vamos, a todos nos pueden pasar cosas mejores o peores, y decide liarse a bombazos porque le asiste la razón, ya que a fin de cuentas él es el ser más listo de la humanidad.
Pues no debe ser tan listo, cuando es incapaz de entender que sus acciones, causan dolor y muy profundo.
Si quiere cambiar el mundo que se ate a una farola en frente de la petrolera Exon, pero que no se dedique a mandar bombas en paquetes certificados.
Pero bueno, esa es la historia base, que es la historia del grillado, pero la serie marca la equidistancia. La última escena, me parece vomitiva. Esperando el semáforo, que está en rojo y no pasan coches, dándole la razón al terrorista sobre el argumento de que somos borregos manejados por un triste semáforo.
No majo, no.
Somos gente que respetamos las normas que nos hemos dado, repito, que nos hemos dado. Porque si te saltas el semáforo puedes causar una desgracia. Normas, las mínimas, pero normas, para vivir en sociedad, y aquí el director, marca la equidistancia.
No, no hay equidistancia. Hay gente que sabe vivir en sociedad, y gente que no sabe hacerlo. Están claro quienes son los buenos y quienes son los malos. Muy claro y en la serie a veces se difumina esto que para mí es como el aceite y el agua.