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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
7
Comedia. Romance Sean Thornton (John Wayne), un boxeador norteamericano, regresa a su Irlanda natal para recuperar su granja y olvidar su pasado. Nada más llegar se enamora de Mary Kate Danaher (Maureen O'Hara), una chica muy temperamental, aunque para conseguirla deberá luchar contra las costumbres locales, como el pago de la dote, y, además, contra la oposición del hermano de su prometida (Victor McLaglen). (FILMAFFINITY)
1 de marzo de 2009
21 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muy buena Sines: Otra de tus críticas, añadida a mis favoritas está.

Tendrías que haberle quitado la idea a tu colega irlandés de irse de chuzas al pueblo natalicio de Wayne. A mí me sucedió algo parecido, pero no en Irlanda, fue en Tánger.

Estuve viviendo con mujeres que trabajaban, no de pastoras sino de costureras y congeladoras de gambas (sí, existe esa maldita profesión que entumece los pies y piernas de las empacadoras hasta producirles todo tipo de enfermedades circulatorias, sarpullidos y mil pestes más). El caso es que, ellas, ya de treinta y tantos, sin estatus marital alguno (sin derechos por tanto) además de vivir expulsadas en casetos compartidos con otras tantas (para abaratar el alquiler infladísimo que existe en las ciudades-fábrica magrebíes) se mueren de la risa con esta peli de Ford.

No es para menos. O nos la tomamos a broma o de un brochazo colérico, cualquiera mentaría a los muertos de John & John. De O’hara sobre todo... por dejarse putear, arrastrar y zarandear de semejante manera por el mamotreto inexpresivo por excelencia: Wayne (un señor al que le cuesta más mudar el gesto que a los valencianos dejar de comer paella).

Wayne: El hombre inexpresivo y sí, ahí metido en su metro noventa de carne y hueso tan insulso como el buey más tonto de la manada. ¿Quién lo eligió? A veces lo odio...

Ford no tiene gracia. Tiene “taitantos” westerns, unos mejores que otros y algunas joyitas u obras maestras (Liberty y La Diligencia, seguro. Centauros, casi...).

¿En qué maldita hora se le dio por hacerse al género cómico? Es más, ¿es esa la tapadera_ el humor_ para sobrarse con las licencias que se toma en “El hombre tranquilo”, película en la que el personaje de Maureen O’hara (la pastora) tiene menos derechos que los de una mula doméstica?

Se me vienen a la mente, mientras veo la película un sinfín de preguntas. ¿De qué va este Ford? ¿Qué es una casa sin una mujer? ¿Y una mujer sin dote? ¿para tí? ¿tienes madre? ¿era una mula coja? ¿la parió una mula? ¿Tuviste mejor ocasión de cagarla, Jonhy Ford?

Superada la misoginia (dicen argumentada según la Irlanda de la época... jejé), la película es absolutamente notable en cuanto a sus elementos técnicos: planos, color, montaje.

¿Actuaciones? Si..., es un gustazo ver a Wayne alejado del Far West por una vez en su vida, aunque la suya sea una interpretación seca como la de un cáctus y la de Maureen pase por padecer un exceso de sobreactuación a la usanza de las extravagancias interpretativas del cine mudo.

¿Quién diablos te enseñó a hacer manitas con agua bendita, Ford?

Odio esta película al mismo tiempo que la admiro. Cosas de genios. Del maldito genio John Ford.
Valkiria
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