Para empezar, no es tan buena como la primera ni como la segunda, porque no consigue engancharte desde el principio, sino más bien crearte un revuelto en el estómago de lo asquerosa que consigue ser. Creo que con algunas escenas se pasan bastante y que deberían mostrar menos, ya sabemos lo que duelen las trampas esas tan de bricomanía que hacen (que es en lo que más han pensado en esta película). Lo único que la salva, y por lo que le pongo el 7 es por el final tan sorprendente que tiene, al estilo de las dos entregas anteriores.

Menos thriller y más tortura es lo que ha fallado. Al final de verla te planteas ¿ha merecido la pena ver tanto sadismo para llegar a éste final? la respuesta dependerá de hasta qué extremo te gusta el gore y de si te han gustado o no los últimos 5 minutos.