Pedro Almodóvar, ojo al dato, tiene en su haber un óscar al mejor guion original siendo que nunca ha realizado una película en inglés, si ya es difícil que premien una película que no está hecha en ese idioma, imagínense reconocer un guion donde el lenguaje es tan importante. Y es ese mismo realizador, que lleva una larga carrera con todo tipo de obras y galardones a su espalda, el que firma una historia que analizada en profundidad no sólo arroja dudas sino que es aburrida, bobalicona y desagradable.

Lo peor de todo es que “La piel que habito” ganó 4 Goyas, tiene casi un 7 de media y ganó el Bafta a la mejor película de habla no inglesa. En definitiva, el nombre Almodóvar pesa mucho y si esto lo hubiera hecho un director desconocido no hubiera llegado a ninguna parte.

Elena Anaya es mi actriz española favorita, siempre cumple y brilla en cualquier papel, por esta película ganó el Goya a la mejor actriz. No obstante, no es hasta el minuto 70 de la misma que no aparece vestida, protagoniza unas escenas algo repugnantes que son el resultado del capricho del director manchego. Lo explicaré, la entrada en acción del personaje vestido de tigretón es calcada a alguna de su infame Kika y recuerda a la gran Volver, lo que pasa es que en ésta tenía mucha gracia y sentido, aquí no, es una estupidez ¿Para qué hacer eso?

La entrada en escena de este secundario, su traje, lo que hace, su historia, sus escenas con Marisa Paredes y Elena Anaya y lo que se cuenta no aporta más que repugnancia, malestar y nada apreciable.

Cierta vez dijo Almodóvar que sólo rodaba escenas de sexo que eran imprescindibles ¿lo podrá seguir diciendo después de lo que hizo aquí? Si analizas bien las escenas de cama de Banderas uno se lleva una conclusión demoledora. Analicen bien lo que hace el personaje de Banderas, ¿tiene sentido?

Si el protagonista quiere encontrar una nueva creación, experimentar con la ciencia lo aceptaremos pero la transformación y proyecto que emprende (que además tampoco es tan sorprendente viendo la película pero si vergonzoso) no tiene ni pies ni cabeza.

Elena Anaya realmente sólo empieza a actuar muy al final, y la supuesta crítica o análisis de la ciencia, ética y moral está tan cogida con pinzas que pasa totalmente desapercibida.

La forma en que acaba, (no estoy diciendo lo que ocurre (aunque tampoco es nada apreciable)) sino la forma en que finaliza la película es de lo peor de la filmografía de Almodóvar. Me parece todo de una perversión y una falsa profundidad e incluso las escenas de sexo son chabacanas y el personaje brasileño despreciable.

El cambio de registro de Almodóvar es demoledor para su carrera y sus grandes colaboraciones con Antonio Banderas y Marisa Paredes. Un guion endeble, unos personajes mediocres, una historia desagradable e incongruente. La única que se salva es Elena Anaya y la música.

Pedro Almodóvar, te has columpiado, esta película es horrible, dentro de poco estrenas Los amantes pasajeros, no me extraña que hayas vuelto a la comedia...