La segunda parte de esta trilogía, un error ya en su propio concepto, viene a remarcar que esta trilogía está, como de podía ser de otro modo, varios peldaños por debajo de ESDLA. Todo lo que no gustó en la primera halla confirmación aquí he incluso incrementado. Excesivo metraje, relleno absurdo, personajes que sobran, exceso de efectos digitales... Y no, esos 48fps no van a ser la tecnología del futuro.
Como lo malo es mucho y lo bueno es poco, empezaré por esto último. La escena de Bilbo-Smaug es lo mejor de la película (todo lo que viene detrás como que sobra) y cómo hacer que las arañas hablen sin caer en una infantilada son grandes aciertos. Los escenarios suelen ser apabullantes y preciosos.
Los insultos a la obra de Tolkien se siguen sucediendo. Vemos a Tauriel, elfa que de por sí ya sobra, pero que además protagoniza una historia absurda de amor.
Orcos excesivamente poderosos, de hecho hasta disparan flechas de Morgul...
Radagast, un personaje que ya es un error en sí mismo. Y casi toda su aparición se resume a esperar a que sus pajarillos vuelvan al nido que tiene en su cabeza...