Sorprendente debut de Ben Affleck con este relato sobre una pareja de detectives, Casey Affleck y Michele Monaghan, que lleva el caso de una niña secuestrada. La trama, con un tempo pleno de intensidad narrativa, incide sobre el modo en que afectan los hechos sobre los personajes, sin dejar de lado un suspense bien hilvanado con giros inteligentes en el guión, también con Affleck en la labor. Por si fuera poco cuenta con un reparto en estado de gracia en el que Casey Affleck (el hermano del director) se enfrenta en una interpretación contundente a estupendos pesos pesados como Ed Harris y Morgan Freeman. Mención aparte la fotografía de John Toll, que dota al film de una textura clásica en los colores y en las sombras, dándole la perfecta forma que requiere el cine negro. Dotada de una firme coherencia argumental y con personajes esplendidamente dibujados, nos deja un poso para la reflexión sobre el sentido del deber moral y la imposición institucional.