Un hombre con extremos trastornos obsesivo compulsivos, por extrañas circunstancias termina teniendo un cadáver en su casa, y decide tratar de mantenerlo, a pesar de que este con los días irremediablemente se va pudriendo.
Historia rarísima, no solo por lo que cuenta, sino por como lo cuenta, repitiendo hasta el hartazgo la rutina diaria del protagonista, mostrando sus delirios, sus recuerdos, sus ilusiones, sueños, pesadillas, el trato que tiene con las pocas personas que lo rodean.
La película no llega a ser buen, le falta algo, pero si es muy interesante el acercamiento hasta el hueso que hace de un ser perturbado.
Gran trabajo de Rob Zabrecky.