Qué buena película, la puta madre, no esperaba nada de ella, bueno un entretenimiento más o menos pasable, una historia de venganza típica, sobre todo por el póster que así lo sugiere, pero me encontré con algo completamente diferente, una de las mejores historias del 2017.
Así es como deberían ser los thrillers, con personajes complejos, mostrándonos su realidad, haciéndonos empatizar con ellos, también retratando el lado humano de los villanos, que no quiere decir que eso los redima, solo mostrar que son personas, que hay muchísima gente perversa y que por eso dejan de ser humanos, y no esa caricatura patética de muchas películas que solo es una condescendencia para la tranquilidad del espectador, que sepa que gente así solo existe en la pantalla grande.
También son muy interesantes los giros que da, para nada caprichosos, al contrario, nos ayudan a entender los verdaderos motivos que tiene cada uno de los personajes para hacer lo que hacen, todos tienen sus fundamentos, y cada uno hace lo que cree necesario de acuerdo a su moral.
Un muy buen análisis de la venganza y sus consecuencias.
Muy buenos diálogos, un humor negro logrado, el director también capta la esencia de la historia y le da la el contexto para retratar lo que siente cada personaje.
Ah y por supuesto destacar también las interpretaciones de todos, pero merecen especial mención Nigel O'Neil, y su duelo actoral con Susan Lynch, una de las villanas más interesantes que he visto en el cine, también Józef Pawlowki, quien aporta el granito de ternura y candidez, que nos hace ver que no todo es oscuro en el ser humano, que hay algunos que todavía son inocentes, aunque en general son también los que peor la pasan.