Quizás todo dependa de cuanto seas capaz de meterte en la historia, de si sus personajes provienen de la inspiración o de la realidad, quizás todo dependa de si los desequilibrios de esta sociedad se vean reflejados en ellos, quizás uno mismo deba sentirse medio psicópata para tolerarla, y para disfrutarla, un cuento de sueños que no son para maricas, básicamente los personajes no son para el recuerdo, pero las actuaciones sí que son ejemplares, se disfruta de un cine que intenta mezclar el americano con el francés, al cine dentro del cine con la mafia con secuestradores de perros, que no es lo mismo.

El principal estímulo es que esta pareja repite tras "Escondidos en Brujas" y siento a la primera como película más completa, pero aquí hay una remezcla de acción con thriller y sangre de enfermos hasta llegar a asesinos de asesinos en serie, y así una serie de secuencias, a veces inconectas, que permiten sumergirse a una sustancia que no tiene la potencia de cactus alucinógenos, pero que mantiene el control de lo que quería contar, sin saber muy bien lo que es.

Puede que incluso consiga penetrar en el alma de un psicópata, pero sobre todo de lo que se trata es de empuñar sus armas y de escribir posibles desenlaces o causas para cada uno de ellos, con el vietnamita como comodín y el asesino de la jota de picas como estrella, el humor negro sale de un guión que no es muy sustancial, pero que clava momentos que se ven consagrados con miradas y gestos, yo me quedo con eso de un psicópata al principio divierte y entretiene, pero luego aburre, para escusar una película que busca que guste a quienes necesitan ver algo diferente, aunque sea de vez en cuando.