Es imposible no hablar de esta película sin mencionar que es la versión moderna de "Johnny cogió su fusil", aunque claramente sobran las comparaciones porque en este despertar hay menos emotividad sin duda, la anterior tiene mucho más tacto ante un tema tan delicado como la vida de un vegetal.

Tiene momentos en los que se nota que ha sido escrita por alguien que ha pasado por eso, este conocido como síndrome de cautiverio es agobiante, por lo que película siempre resulta interesante al tratar una desgracia de tal magnitud, aunque es verdad que nunca se llega a sentir la impotencia del protagonista ni mucho menos sus posibles deseos de morir, por otro lado si que se refleja bien su evolución y su adaptación, sus pensamientos y sus actitudes van cambiando, comienza a reconocer sus fracasos, esta situación de desamparo es la que muestra su propia naturaleza.

Pone en juego lo que la ciencia puede hacer en estos casos, la profesionalidad de los que se dedican a intentar recuperar al paciente necesita de eso, de mucha paciencia, pero volviendo al protagonista la película flojea mucho en lo que yo pienso que es en lo que más presume, en el empleo de los recuerdos y la imaginación, cada vez que se introduce en la mente lleva a campos que no están a la altura, me esperaba otro nivel teniendo en cuenta que el cine francés es muy efectivo en este campo, quizás por eso ni siquiera recurra mucho a los flashback.