Definitivamente, la segunda temporada sobraba. La historia no da para más. La serie tiene gracia y mantiene el interés en los primeros 3-4 episodios, cuando lo que ocurre tiene ingenio y lógica, pero a partir de ahí, se dan demasiadas vueltas de tuerca gratuitas que se nota que solo tienen el interés de alargar con muy poco la serie.
Me ha sorprendido la actuación de Rupert Grint, ya convertido en un hombre, y no en el niño pelirrojo que acompañaba a Harry Potter en sus aventuras. Nick Frost simplemente cumple, no cabía esperar más de él como actor. Poco que decir de Lindsay Lohan, un papel secundario y bastante pobre.
La serie tiene buenas tramas que son divertidas, y los episodios son cortos, por lo que se pasa rápido.