"- ¡Sabes por qué los tiburones no se alimentan de abogados?
Por cortesía profesional".

Hermoso film del buen actor característico John Carroll Lynch, que debuta detrás de las cámaras y a fe que lo hace con nota muy alta.
Es evidente que todo se ha centrado para homenajear y despedir como se merece a ese gran actor que siempre ha sido, es y será, Harry Dean Stanton. Un intérprete sólido, férreo, que nos ha acompañado durante décadas en todos los géneros, deleitándonos sin cesar con sus memorables trabajos, que no por cortos en metraje a veces carecían de importancia, al contrario.
En su larga filmografía, solo dos veces fue protagonista, en la excelsa "París, Texas", con un personaje que nos hizo llorar, y en este último, póstumo trabajo "Lucky", que de nuevo nos ha emocionado.
Y es que oírle cantar en español la canción mexicana esa de "Y volver, volver, volver" a uno le entra un no sé qué que te mueve por dentro, amén de saber que poco después de rodar este filme falleció. En fin...
Muy buena puesta en escena, supuesta sencillez argumental pero expuesto todo con sensibilidad, ternura y también fino humor con socarronería e ironía.
Un canto a la libertad individual, al amor a la vida, a la amistad y los recuerdos, no exento de cierta espiritualidad.
Un viaje tranquilo, con ritmo constante, donde no pasa nada especial en apariencia, pero que no tiene nada descartable.

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