Muy irregular último film de los hermanos Coen, que mientras no se demuestre lo contrario, han perdido definitivamente la chispa que les caracterizó durante bastantes años, sobre todo, los primeros en los que rodaron magníficas películas.
En este caso sí hay buenos momentos, pero los más son buenos en cuanto a calidad plástica, diseño, vestuario, fotografía...es decir, el plano estrictamente técnico. Pero en cuanto a imaginación narrativa, fuerza humorística y momentos para el recuerdo, deja que desear.
No aburre, pero sí que se le echa en falta la sorpresa, un encanto que vaya más allá de, sólo, la posible nostalgia a la que nos lleve el ver escenas de films a la manera en la que se rodaban en los años gloriosos del viejo Hollywood.
Lo cierto es que se ve casi todo con respeto, pero casi ninguna carcajada y solo a veces con sonrisas, el resto es ver pasar los minutos sin nada enjundioso que llevarse a la boca.
Tampoco los intérpretes lucen demasiado, algunos con personajes casi de relleno, como el de Jonah Hill.
En definitiva que, salvo la elegancia de los números brillantemente rodados como los acuáticos de Scarlett Johansson o el bonito número de baile de los marineros y la fuerza de la banda sonora en la preciosa escena del submarino, poco que destacar (bueno, sí me ha gustado tanto el personaje como la forma de interpretarlo del protagonista Josh Brolin, sobre todo a la hora de confesarse de sus "pecados").
A ver y olvidar, sin más, lo que en una cinta de los Coen es, me parece a mi, bastante poco.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es