Está claro que se haga el tipo de cine que se haga en nuestro país nunca acabará de gustar, siempre recibirá palos por todos lados, si se trata de una comedia porque no hace reír, si se trata de un drama, porque estamos hartos de ver penas en el cine, si se trata la guerra civil española como en este caso, porque estamos hartos de ver siempre la misma historia. Cierto es que el cine español ha tratado en numerosas ocasiones este tema, pero también es cierto que no paran de salir películas sobre el holocausto judío o la guerra de Vietnam y las catalogamos casi de obras maestras, así que creo que algunas críticas son algo injustas. Yo le doy la bienvenida a toda aquella película que sirva para demandar hechos tan atroces como los que tuvieron que vivir nuestros antepasados en los años 40 y si esta película pone su granito de arena para que ésto no caiga en el olvido pues bravo por ella. Aparte ya de todo ésto, tengo que decir que la película de Cuerda me ha gustado, me ha llegado, sobre todo por el buen hacer de sus actores, todos ellos están inmensos, quitando al joven Martín Rivas, que está simplemente insufrible, pero afortunadamente cuenta con poco tiempo en pantalla. De los veteranos decir que todos están espléndidos, empezando por una Maribel Verdú que me ha encantado siempre, sólo por ella merece la pena ver cualquier cosa en la que aparezca. Se come la pantalla con sus ojos, sus expresiones de sufrimiento por su marido y sus hijos es increíble, la lucha que expresa su mirada cada vez que se cruza con el personaje de Arévalo es de lo mejor, a mí me ha parecido perfecta su actuación. Javier Cáma me conquistó en el plano cómico con "Fuera de carta", donde estaba inmenso. Aquí cambia totalmente de registro y de personaje pasándose al lado dramático. El actor no lo hace nada mal, aunque su personaje es mucho más secundario en la trama de lo que pudiera parecer en un principio. De Raúl Arévalo tengo que decir que me quito el sombreo ante su actuación. Este joven actor cambia también totalmente de registro, deja a un lado sus personajes de joven alocado tipo "Azuloscurocasinegro" y nos demuestra que también puede hacer creíble a un personaje tan despreciable y vomitivo como es su padre Salvador. Creo que a Arévalo le ha tocado bailar con la más fea y ha salido más que airoso de la prueba, para mí de lo mejorcito de la película. En cuanto al niño Roger Príncep, me pareció un gran descubrimiento en "El orfanato" y aquí me ha acabado de convencer, es uno de los pocos niños que a pesar de su corta edad, transmiten una veracidad a sus frases y a sus expresiones que ya quisieran muchos adultos, creo que tiene un gran futuro por delante si no lo estropean.