Me gusta mucho esta película. Me encanta su tono intimista, cómo va evolucionando la relación entre estas dos personas que, por motivos del destino, se ven obligadas a compartir un momento muy dramático de sus vidas, donde tienen que aprender a sobrevivir, donde en parte su supervivencia depende de esa otra persona, cómo dos personas que en condiciones normales ni se mirarían al cruzarse en la calle se convierten aquí en imprescindibles la una para la otra, como cuando vives una situación tan dramática como los protagonistas tienen que vivir aquí tu vida cambia , tu cambias, y ya nada vuelve a ser lo mismo y cómo esa persona con la que has sufrido ese acontecimiento es la única que puede entenderte ya.

El director palestino-holandés, Haby Abu-Assad, nos trae esta historia rodada en los mismos impresionantes parajes donde se rodó la película "Viven", en la frontera entre las provincias canadienses de Alberta y la Columbia Británica, en unas duras condiciones climatológicas y con una pareja de actores, Idris Elba y Kate Winslet, que se encargaron de hacer las escenas más difíciles sin necesidad de dobles.

Tanto él como ella están francamente correctos. Elba es un pedazo de hombre de casi dos metros, con unos ojos que hablan por sí solos, maravillosa su actuación contenida y con un trasfondo de tristeza en su interior. Winslet está bella y maravillosa, una de las mejores actrices de su generación para mí, un placer verla actuar. Ambos se complementan bien y soportan todo el peso de la película sin necesidad de secundarios aparte de esas montañas prodigiosas y ese perro encantador sin nombre.
Muy bonita.
Un saludo,
Tess
"El corazón no es más que un músculo".