Pedazo de miniserie la que nos traen aquí el marido de la actriz Michelle Pfeiffer, David E. Kelley, como creador y la actriz Nicole Kidman como productora, una auténtica maravilla basada en los eventos ocurridos en la vida real en un pequeño pueblo de Texas en los años 80, en los cuales una señora mató a su amiga con 41 hachazos.

Esa señora está protagonizada por la hermana pequeña de las famosas gemelas Olsen, una Elizabeth Olsen magnífica, dueña absoluta de la serie, enamorando a la cámara en cada secuencia en la que aparece, con una gama de registros impresionante, desde la dulce y coqueta ama de casa americana hasta la despiadada asesina. La escena en la que realiza una sesión de hipnosis con su psicólogo es apabullante, una verdadera delicia verle actuar aquí y confirmo que le da veinte mil vueltas como actriz a sus hermanas.

Junto a ella, una interesantísima Lily Rabe, también impresionante aunque con menos protagonismo que su compañera. La escena escalofriante que ambas comparten en la lavandería de la casa del personaje de Rabe en la que se produce el dramático encontronazo con el famoso hacha pone los pelos de punta.

Los demás actores están todos perfectos, empezando por Patrick Fugit como el marido de Olsen que no se entera nunca de nada, pasando por el interesantísimo marido de la actriz Kirsten Dunst, un Jesse Plemons al que no conocía y que me ha encantado como el marido de Rabe y amante de Olsen, y terminando por un desconocido también para mí Tom Pelphrey como abogado y amigo de Olsen, una auténtica sorpresa de actor que está inmenso en la parte final de la serie.

La ambientación y la música es muy buena y es un gusto ver esta serie que, a pesar de saber cómo va a terminar y de que cada episodio dure una hora, se pasa en un suspiro y es recomendable 100%.
Un saludo,
Tess