Inspirada en la figura del campeón mundial de los pesos pesados, Primo Carnera, se presenta a Toro Moreno. Toro Moreno es un niño grande con mucha fachada pero en realidad es un paquete en toda su dimensión, y eso lo sabe bien Eddie Willis, periodista deportivo en el ocaso de su carrera, y Bogart actor en el cierre de la suya, ya de paso también se entera. Ahora bien, el mafioso de turno, el señor Benko (él está en los albores de sus “negocios”), puede hacer carrera con el paquete y quiere convencer al periodista.

-Podemos hacer mucho dinero con él, díselo Leo.
-Es verdad, podemos hacer mucho dinero con él.

La muestra de las argucias de las mafias para amañar combates es cristalina y sobre todo el libro de cuentas, queda claro cómo se explota a los trabajadores de buen corazón que tristemente se sigue haciendo igual hoy día para engañar miserablemente, prostituir y esclavizar.

El grandullón no convence en el ring, y apenas en su papel pero ojo, hay que esperar hasta el final para juzgar. El orgullo y la bondad contrastan con la ralea de esos seres sanguinarios expertos en el negocio sucio, cuanto más sucio, mejor, más provechoso; cae el micrófono sobre el cuadrilátero y las imágenes del más alto expresionismo sobre la dureza de este deporte te hacen girar la cabeza para no ver tanta sangre. Sí, puede que demasiado simplificada la corrupción y muy dirigida, pero aquí es así y el caso es que Más dura será la caída se convierte por derecho propio en una de las películas más grandiosa del mundo del boxeo. Dilo Leo.

-Es verdad, la más grande.