Iba a decir que la película está bien hecha, que lo está, algo flojilla en todo caso… pero no, es una película más que floja, muy echa para el público lacrimógeno americano en todo caso.

Si nada más empezar, Clooney (un gran actor y de mis preferidos) te dice que todo el mundo cree que en Hawaii la gente está de vacaciones en un paraíso y todos andan siempre disfrutando pero no, que allí la gente también sufre, no nos contéis lo de siempre y encima de la misma manera, sorprendernos y no nos vengais con dramas de habitación de hospital.

Estas historias quedan bien para los americanos pero creo que aquí lo que hay es otro tipo de cultura, de manera de ser. Allí está bien eso de las banderitas en las casas, todos la tienen, porque la gente lo vive sin complejos pero aquí no es lo mismo (por lo que sea). Y tampoco son lo mismo esas maneras de padre a hija de: Perdona, ¿tienes un momento, querida? Quiero hablar contigo. Aquí se habla y se escucha o te sacudo, que soy tu padre. Luego ni caso pero bueno.

Eso de que salga la niña gritando: ¡capullo! No es que sea normal. Es que no es nada. Ahora es cierto que en la sociedad de bien americana eso es un escándalo. ¿Qué dices? ¿Quién te ha enseñado eso? Te voy a dar un azote. Aquí creo que las cosas van de otra manera. De otra…, ni mejor ni peor.

La sociedad americana cree en otras cosas porque saben apoyar los buenos trabajos ajenos, pero aquí no decimos que hay un buen trabajo… Aquí decimos que la película es un pestiño. Ahora si me encuentro con Clooney le diré: Muy bien, tío. Eres el mejor. Otra cosa es que me guste.

De todas formas no hay nada realmente que dé emoción en la película. El tío plomo que canta cada dos por tres me ha recordado a Alberto Cortez, horrible, y no te digo nada cuando entran en la herriko taberna… ¿Estaban en Hawaii? Porque parece que se ponen a cantar en plan tirolés, yo me he distraído un poquito con estas tonterías, lo siento. No hay nada nuevo. Todo muy harinoso para un espectador de estos lares.