El hecho que la película esté basada en hechos reales y, por tanto, esto no es un spoiler, no tiene ni mucho menos que influir en la opinión de un espectador dispuesto tan solo a ver una película. Es verdad que alguien excesivamente sentimental pueda sentir como le tiembla la barbilla en algunos pasajes pero ciñéndonos estrictamente a lo visto, la película no merece mucho la pena.
Por tanto que los hechos sean verídicos eso dicho sólo, no es cine.

En lo referente al aspecto natural del magnífico entorno, las imágenes son buenas e incluso alguna espectacular pero bueno, tampoco eso sólo es cine, eso es fotografía, por lo tanto seguimos igual.

Es en el aspecto referente a los personajes, y eso ya sí es cine, y parte esencial, donde la historia decae de lleno. Los personajes no llegan a conectar con nuestra fibra afectiva, lo tengo claro; no terminas de aceptarlos por lo que no logran alcanzar una simpatía mayor que la que puedas tener por alguien que, como digo, te presentan pero no conoces. Esto hace que el espectador no se motive, casi diría que ni se implique para sentir las ganas reales de conquistar la cima, metafóricamente hablando.

Notamos un fondo argumental vacío, algo que nos hace ver que no hay misión que cumplir, sino que tan sólo lo que hay es con lo que uno ya cuenta que va a ver antes de ver nada. Pues bien, la vida es así y nadie les ha obligado a ir hasta allí, y esto tampoco es un spoiler pues hablamos de un grupo de montañeros y cómo es lógico, tendrán familia esperando. Sumemos también una confusión continua en los desplazamientos que hacen unos y otros de un campamento a otro. Esto tampoco es un spoiler, pues en una película de montañeros sabemos que habrá campamentos al pie de las montañas.

¿La película es mala? Pues tal vez no lo sea, pero que se sepa que uno no va a encontrarse con una historia dinámica ni espeluznante a pesar de estar rodada con buenos medios. En definitiva, resulta bastante decepcionante. Si uno tiene muy altas expectativas como de película de aventuras, nada de nada. Las expectativas se quedan en la base.