Lex Barker se mete en los charcos más que nada porque la calle del pueblo es un barrizal, pero también por amistad. La amistad trae consigo la participación en una mina de oro y lo uno por lo otro, también trae una mujer. La mujer es simpática y vale la pena, tanto que el amigo también la quiere.

La mina de oro la quiere John McIntire, aunque él tiene la suya. Lo de siempre, conocemos de sobra a John McIntire, el tío es insaciable. Siendo el malo de la película, peligro.

Lex Barker y demás cumplen con un guión aceptable y una dirección correcta para un film corriente. Lo mejor es la mujer en disputa y aún así la película no ofrece ninguna historia apasionante. A pesar del jaleo y los obreros de un lado para otro, el conjunto de la acción es bastante previsible y por tanto, nada llamativo.

Una película para coleccionistas, para sumar a la lista de películas del Oeste. Y como poca gente llegará hasta aquí, aprovecharé y diré que la vi porque estaba esperando a my wife, que si no, no la veo. Pero que no había otra cosa.

100 dólares al día por trabajar en la mina me ha parecido un buen sueldo, aunque no es un empleo estable. Hay que tener en cuenta que un caballo de los buenos puede andar por los 300 dólares y un revólver por 50 dólares más o menos, depende de la película. Yo es que he visto muchas del Oeste. Aquí, por un whisky cobran un dolar; muy caro.