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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
9
Cine negro. Intriga Frank Bigelow irrumpe en una jefatura de policía para denunciar que ha sido víctima de un asesinato: por motivos que desconoce, alguien le ha dado a beber un veneno que lo matará en breve. (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2020
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces puede uno encontrarse un ritmo tan frenético, y además con lógica, con sentido, con sentido por la urgencia y las prisas. Y el ritmo empieza pronto con el señor Bigelow tomando una copa con una rubia en un club llamado “El pescador” oyendo música swing. Bigelow no es que quiera pescar el pez gordo, no es el menda clásico del cine negro, no es policía, no es un detective privado ni es un periodista investigando. Es una especie de administrativo en algún centro oficial. Y su físico por tanto no es el típico alto, espigado y atractivo que va cautivando a las rubias en los ambientes turbios del cine negro con su pinta cínica y fría, es Edmond O´Brien, y tal vez por eso angustia verlo correr por las calles desesperado, cruzando como loco entre los coches en unas secuencias que serán difícil de olvidar.

Muerto al llegar, habla del hombre que de repente va a dejar algo inconcluso y debe acabarlo. Lo de menos igual es esa denuncia a la policía porque está tan desesperado que lo importante es que él sepa qué ocurrió, lo importante es que sus tremendos esfuerzos alcancen la recompensa.

Muerto al llegar, también habla del amor cuando uno no puede explicarse. Cuando uno ama a una mujer y no sabe -en este caso es que no tiene tiempo ni fuerzas- explicar el entuerto en el que está metido. Muerto al llegar, es impotencia, fatalidad y violencia. No perderse a ese sádico criminal, Neville Brand, impartiendo violencia y el tiroteo en la farmacia. Muerto al llegar es una grandísima película, un entuerto increíble.
floïd blue
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