Seguro que el realizador de esta película, Carlos Vermut, ha visto, o se ha contagiado de las películas de cierto director norteamericano llamado David Lynch. Tendrán sus legiones de seguidores, no digo que no, llegaran a la mayoría amplia de público pero para mí, no tienen más que la gracia medio ocurrente de ver sus cintas una sola vez. Ya tengo bastante con las de Terrence Malick, al que defiendo a capa y espada. ‘Quien te cantará’ como las películas de Lynch, es de argumento estrambótico, de escenarios y situaciones oníricas, con colores neutros o muertos. Elementos, ellos, que a cualquiera les gustaría poder o saber rodar. Pero, en el caso de estos creadores de historias, queda tan particular que te arriesgas que a una mayor parte del público, no les gusten. Tan solo las suyas propias. Uno se pregunta cómo es que en esta web de cine no triunfen tanto las películas de ‘Torrente’, o las de ‘Rambo’ o algunas de Cine Indie americano, que también gustan, pero que no son tan aclamadas.

Con cadencia que tiende a ir al vacío, únicamente recobra el sentido cuando el metraje se acerca a su final. De pocos personajes, que por esto no quiere decir que el argumento sea malo, simplemente que es tan minimalista, que te acotas a un grupo reducido de seguidores que recomiende tus films. Personajes que también cuestionas si pudieran existir en alguna vida paralela o cercana a esta. Alguna subtrama, eso sí, me ha llegado a gustar. Cómo es esa de hablar de los Millenials y de lo que tan asquerosamente materialistas pueden llegar a ser. Verónica, la hija de la mujer que imita a la gran Lila Cassen es ejemplo de esto.

Cine bien rodado pero demasiado, a mi entender, personal. Que a una mayor parte de gente agradará pero que al que está escribiendo esto, le parece intrascendental y con cierto regustillo amargo e incluso a repulsivo.