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Voto de JOSE ANGEL:
6
5,4
1.199
Comedia. Drama
David Owen (Tim Robbins), un empresario de mediana edad a quien el infernal ruido de Nueva York está volviendo loco, emprende una especie de cruzada para destruir los artefactos que le hacen la vida imposible. Poco a poco empieza a tener seguidores, con cuyo apoyo se enfrentará tanto al vecino que deja encendida la alarma de su coche como al mismísimo alcalde de la ciudad. (FILMAFFINITY)
10 de enero de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi vecina del piso de arriba es una venerable anciana sorda. Una de sus principales virtudes es que no se la oye, parece que no vive nadie y esa es una de las cosas que más valoro de mi casa: el silencio; Sin embargo, hará cosa de dos años ocurrió algo inesperado. Estaba bastante cansado después de una buena dosis de gimnasio y decidí irme a la cama temprano pero no me conseguía dormir porque mi vecina estaba viendo “mira quien baila” y tenía el volumen a tope.
–Bueno pensé, “por una noche no pasa nada, esperaré a que acabe el programa”. El caso es que una vez pasada la salsa, el merengue, la bachata y el chachachá, siguió viendo el telediario de la madrugada.
–Bueno pensé, “esperaré a que terminen las noticias” pero el telediario terminó y el tiempo pasaba y pasaba y mi vecina no apagaba la maldita tele. Eran ya los 2 y media de la mañana y no paraba de dar vueltas en la cama, harto y recitando insultos en arameo, cuando de repente me entró tal acceso de ira que decidí pasar a la acción, agarre la bata y las pantuflas como si de un bate de beisbol se tratara y lleno de ira subí al piso de arriba en busca de la coño vieja. Llamé al timbre y no me abría, así que decidí golpear la puerta, primero con la mano y luego con el pie empecé a propinar patadas para ver si los demás vecinos alertados por los golpes salía alguno y me solucionaba la papeleta…. Nada. Lo que estaba muy claro es que no iba a volver a la cama sin solucionar el problema, así que como su hija vive en el portal de enfrente, baje a la calle, estaba lloviendo (cualquier situación mala es susceptible de empeorar) y llame al timbre del portal, eran ya las 3 y cuarto de la mañana. ¿Quién es? “Soy José Ángel, el vecino de abajo de tu madre: creo que se ha muerto”. La pobre mujer recorrió los 100 metros que separan su piso del de su madre en 9.99 segundos, abrió la puerta y… apagó el televisor.
–Bueno pensé, “por una noche no pasa nada, esperaré a que acabe el programa”. El caso es que una vez pasada la salsa, el merengue, la bachata y el chachachá, siguió viendo el telediario de la madrugada.
–Bueno pensé, “esperaré a que terminen las noticias” pero el telediario terminó y el tiempo pasaba y pasaba y mi vecina no apagaba la maldita tele. Eran ya los 2 y media de la mañana y no paraba de dar vueltas en la cama, harto y recitando insultos en arameo, cuando de repente me entró tal acceso de ira que decidí pasar a la acción, agarre la bata y las pantuflas como si de un bate de beisbol se tratara y lleno de ira subí al piso de arriba en busca de la coño vieja. Llamé al timbre y no me abría, así que decidí golpear la puerta, primero con la mano y luego con el pie empecé a propinar patadas para ver si los demás vecinos alertados por los golpes salía alguno y me solucionaba la papeleta…. Nada. Lo que estaba muy claro es que no iba a volver a la cama sin solucionar el problema, así que como su hija vive en el portal de enfrente, baje a la calle, estaba lloviendo (cualquier situación mala es susceptible de empeorar) y llame al timbre del portal, eran ya las 3 y cuarto de la mañana. ¿Quién es? “Soy José Ángel, el vecino de abajo de tu madre: creo que se ha muerto”. La pobre mujer recorrió los 100 metros que separan su piso del de su madre en 9.99 segundos, abrió la puerta y… apagó el televisor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sobrepasando el límite (noise) está ambientada en Nueva York y cuenta la historia en clave de humor de un hombre que lucha contra el sistema en apariencia sin éxito. Lucha por una causa justa y en el camino lo va perdiendo todo, su familia, su trabajo, su casa pero no le importa tiene las ideas claras y lleva sus ideales hasta sus últimas consecuencias. No es una gran película, más bien es un gran cortometraje que al estirarlo en exceso se rompe en varias partes que el director trata de juntar con escenas bastantes originales al parecer autobiográficas aunque inconexas unas con otras, y el principal merito es que ha caído en la cuenta que nuestra sociedad desarrollada ha asumido con naturalidad el ruido como un mal menor, como un problema inherente al desarrollo cuando no es así. La película plantea una fabula burlona según la cual no tenemos porque quedarnos de brazos cruzados ante el ruido de las alarmas, de las ambulancias, de las motos sin silenciador, de la música a tope de los bares o el ruido de todo tipo de nuestros vecinos. La mejor defensa es un buen ataque aunque me temo que si no estuviera Tim Robbins y William Hurt, un la película sería marginal y dejaría de ser una sugestiva comedia negra. Lastima qué recuerde demasiado a “un día de furia” pues la idea es brillante pero el desarrollo no está a la altura.
¿Hay que ser beligerante o admitir los abusos de los demás?
La eterna dicotomía.
¿Hay que ser beligerante o admitir los abusos de los demás?
La eterna dicotomía.