Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Antonio Morales:
7
Thriller. Acción. Drama Dos jóvenes, El Niño y El Compi, han decidido ir a Gibraltar para introducirse en el mundo del narcotráfico. Riesgo, emociones y mucho dinero para quien sea capaz de llevar sin sobresaltos una lancha cargada de hachís que vuela sobre las olas. Jesús y Eva, dos agentes de la Policía antidroga, llevan años tratando de demostrar que la ruta del hachís es una de las principales vías de penetración de la cocaína en Europa. Su objetivo es El ... [+]
13 de diciembre de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Daniel Monzón es un cineasta en progresión, después del estupendo film que es “Celda 211”, se atreve con un soberbio thriller más ambicioso que el anterior, que radiografía el narcotráfico que entra por el sur de Europa a través del estrecho de Gibraltar. Un lugar estratégico, sólo 16 kilómetros separan ambos continentes, un pequeño brazo de mar separa el norte del sur, la opulencia de la pobreza. Y si encima tenemos la colonia británica de Gibraltar en territorio español, el problema se acentúa. Pues es, un gran paraíso fiscal, el centro del blanqueo de capitales y piratas de todo pelaje que da cobijo el peñón, punto estratégico militar del gobierno británico de Isabel II, de la que sus moradores nativos, “los llanitos”, habitantes de la roca, se jactan con un inimitable acento andaluz, de ser súbditos de su graciosa majestad, un pueblo donde hay más “empresas” constituidas que habitantes… Un furúnculo que tenemos los españoles en el trasero desde hace 300 años.

El director filma con gran pulso narrativo, un film trepidante y absorbente que refleja paralelamente a los traficantes a gran escala y los pequeños delincuentes que suelen utilizar las mafias como señuelo para distraer a la policía con asuntos insignificantes o menores, con unas persecuciones marítimas excelentes en esas aguas conflictivas. La película se inicia y se cierra con unos planos generales del puerto de Algeciras, grandes grúas mueven millones de contenedores al año, uno de los de mayor tráfico de mercancías de España. Monzón nos muestra fielmente la complejidad que rodea el mundo del tráfico de drogas, pero también la visión amarga y cínica de esa batalla constante, donde la delincuencia casi supera con su logística y medios a la policía.

No es casual, lo infructuoso de los esfuerzos de su protagonista, Jesús (Luis Tosar), a la hora de obtener resultados de sus investigaciones, obsesionado con su trabajo, pero profesionalmente noble, arriesgando su vida, por realizar su tarea en desmantelar una de las redes más poderosas de tráfico de drogas. Por otro lado tenemos a los descamisados, “El niño” y “El compi” atraídos por el dinero fácil y cuantioso, que creen les sacará de la mediocridad de sus vidas, que son utilizados por las mafias como carne de cañón, excitando su avaricia para carnaza de la policía.

De forma consciente Monzón confronta, desde el primer instante, el universo viciado y asfixiante del entorno policial en el que se mueve Jesús, con la vibrante sensación de libertad que rodea a los dos pequeños delincuentes que coquetean con la impunidad. Algo buscado también en el tono interpretativo, y en el ritmo de los diálogos de los jóvenes delincuentes, además de estar cargados con el argot de la zona, destilan frescura, espontaneidad y sentido del humor, mientras que en el caso de los veteranos policías, los diálogos destilan un tono sombrío y circunspecto, teñido de un nostalgia otoñal de los tiempos en que todavía tenían la esperanza de cambiar el mundo. Una película con vistas al mar, donde el mar es el tablero donde se dilucida la batalla diaria. Una película española digna y exportable.
Antonio Morales
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow