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Voto de Antonio Morales:
7
Drama Biopic sobre el boxeador Rocky Graziano, un joven italoamericano que, después de su paso por distintos reformatorios, se convirtió en campeón de boxeo de los pesos medios. Acostumbrado a la violencia del East Side neoyorquino, Rocky encontró el éxito en el ring gracias a una combinación de talento, ambición y tenacidad. (FILMAFFINITY)
24 de enero de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine ha abordado el deporte de las doce cuerdas en infinidad de ocasiones y desde múltiples puntos de vista y géneros. Desde el melodrama desaforado, “Campeón”, el cine negro “Más dura será la caída”, o la biografía “Toro salvaje” entre otras, y esta que nos ocupa que trata de la vida de Rocky Graziano, que tenía que haber interpretado James Dean, pero que malogradamente murió justo antes del rodaje en un fatal accidente de tráfico. Paul Newman que en aquella época era prácticamente un desconocido procedente del Actor´s Estudio, de donde salieron Marlon Brando, Monty Clift y el propio James Dean, aprovechó muy bien la ocasión para consagrarse como actor.

Resulta curioso que las mejores películas de boxeo, las han realizado directores que anteriormente fueron grandes montadores como Mark Robson y Robert Wise, que experimentaban con cámaras ligeras y planificación subjetiva, tratando de buscar un realismo dramático, que luego copiarían otros cineastas con mejores medios técnicos. La película de Robert Wise tiene un punto de inflexión psicoanalítico en el más puro estilo del melodrama: tiene lugar en los días de infancia del futuro boxeador y que muestra el odio latente entre padre e hijo, y tiene como objeto conferir a la película una base dramática. El joven no percibe el apoyo paterno, el padre de Rocky es un boxeador frustrado por su esposa, que ahoga sus penas en alcohol y en la complacencia.

El film cuenta la historia de un chico cuya educación fue el odio y cuya única escuela fue la calle y la delincuencia juvenil, pero que encuentra en el boxeo su único billete para integrarse en la sociedad, liberando ese odio mediante el deporte y la capacidad de sacrificio, gracias a la ayuda de una chica judía, Norma (Pier Angeli). Wise nos propone una narración lineal e intensa, recreando los ambientes sórdidos del “Est side” neoyorkino de los años cuarenta, el “Skyline” como telón de fondo, y la meta para triunfar en una sociedad corrupta por el chantaje y el arribismo que subyace en el mundo del cuadrilátero. Arropado por una excelente fotografía de claroscuros y contrapicados heredados del maestro Orson Welles del que Wise fue montador y una escenografía acorde con el melodrama.

La canción “Sambody up there likes me” (Hay alguien allá arriba que me quiere), que acompaña los títulos de crédito es el “leit motiv” y el título de una película estupenda que tiene como secundarios pandilleros de barrio, a los jóvenes Sal Mineo y Steve McQueen. Wise es un director poco valorado pero cuando miramos su filmografía podemos descubrir unas cuantas obras muy interesantes solapadas, y a reivindicar: “Ultimátum a la tierra” “El Yang-Tsé en llamas” y “Nadie puede vencerme”, esta última sobre el mundo del boxeo, por no hablar de los dos musicales oscarizados “West side story” y “Sonrisas y lágrimas”.
Antonio Morales
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