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Voto de Antonio Morales:
8
Intriga La señora Julia Rainbird (Cathleen Nesbit) guarda fuertes sentimientos de culpa porque, hace 40 años, hizo que una hermana -que quedó embarazada estando soltera- abandonara a su hijo al momento de nacer, y fallecida ella, ahora quiere encontrarlo para convertirlo en heredero. Por tal motivo, ha buscado la ayuda de la "psíquica", Blanche Tyler (Barbara Harris), quien al oír que le ofrecen ¡diez mil dólares! por encontrar al dichoso ... [+]
9 de marzo de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última película de Hitchcock, cuyo primer título de rodaje fue “Deceit” (que viene a significar, engaño), es una farsa disfrazada de thriller, o un thriller disfrazado de farsa, que para el caso es lo mismo. Esto, evidentemente, no es nuevo en Hitchcock. Ahí están “Atrapa a un ladrón”, “¿Pero… Quién mató a Harry?”, y “Con la muerte en los talones”, títulos con los que “Family Plot” (La trama) guarda más de una relación y que fueron tan incomprendidos como esta última obra. La película no es sólo una de las más jóvenes, hermosas e innovadoras de los años setenta sino que ofrece, como pocas, las bases para efectuar un estudio en profundidad de los métodos de trabajo del autor, que en esta ocasión se presenta casi “desnudo” ante el espectador, mostrando visiblemente la articulación de todas las situaciones.

En cierta forma, “Family Plot” es una película que Hitchcock se debía a sí mismo: una comedia negra, filmada a espaldas de la moda, a contracorriente, retomando el tema de los destinos entrelazados, el cineasta pasa revista a su obra anterior pero con una mirada más desengañada, sirviendo antes a su propia idea que a la idea que su público tiene de ella. En “Family Plot” hay tumbas vacías, muertos que no lo están, videntes que no ven nada, detectives aficionados que son conductores de taxi, rubias que son morenas, jóvenes disfrazados de viejos, y por encima de todo mucha frustración. Dos parejas antagónicas, una entrañable que vive de la picaresca, la otra despiadada, de la extorsión profesional.

Hitchcock articula con sabia causticidad, el tema de la dificultad de relación personal, a través de dos motivos que siempre fueron fundamentales en su obra: la pérdida de la identidad y el juego de las apariencias, enriquecidos con una brillante parodia del cine de investigación detectivesca. Tanto en esto como en el pesimismo que desprende, pese a su barniz humorístico, el film ofrece un discurso irónico y escéptico, como si el cineasta hubiera sido consciente de que no podía llegar más lejos de lo que había llegado. Sólo bajo esta perspectiva se hace comprensible el sentido del magnífico plano del cementerio, durante la visita del taxista (Bruce Dern), o la paródica composición de los actores principales: la falsa vidente y ninfómana (Barbara Harris), el joyero (William Devane) y su novia (Karen Black).

Por encima de todo destaca el trazo vigoroso, inconfundible, de ese gran creador de formas que fue Hitchcock, con sus guiños al espectador que recuerdan otras situaciones similares en otras obras del maestro, dedicado una vez más a la ordenación de un universo personal que no necesitaba ningún tipo de aparato externo para expresarse a sí mismo. Partiendo de una total estilización, “Family Plot” tipifica el juego y los personajes, como sucede siempre en sus films, es la fehaciente prueba de que Hitchcock fue siempre fiel a sí mismo, por encima de modas o estímulos externos, ajeno a cualquier interés que no estuviese generado por la operatividad de su propio discurso. Para degustar esta película debe pensarse que, como sucede con el diamante escondido en la lámpara, es necesario el artificio, so pena de confundir una joya con la bisutería. En spoiler comento el cameo de Hitchcock.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Antonio Morales
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