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Venezuela Venezuela · Maracaibo
Voto de bucefalo:
7
Serie de TV. Intriga. Thriller Miniserie de TV (2010). 8 episodios. Adaptación de la famosa novela de Ken Follett. En la Edad Media, en una fascinante época de reyes, damas, caballeros, luchas feudales, castillos y ciudades amuralladas, el amor y la muerte se entrecruzan vibrantemente en este tapiz cuyo centro es la construcción de una catedral gótica. (FILMAFFINITY)
15 de enero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
He visto los nueve episodios de ésta serie sin haber previamente leído el libro de Follet en que se inspira. No sé si esto es una ventaja o una desventaja, lo cierto del caso es que pasé un buen rato. Me gustaron las actuaciones en un sentido redondo y la reconstrucción de los escenarios no desmerecen. Mi interés en la serie estuvo básicamente orientado en palpar la reconstrucción histórica de la sociedad medieval europea en el siglo XI dc, un periodo caracterizado por la anarquía y la precariedad en donde el Poder se manifestaba alrededor de la Iglesia católica romana en alianza con reyes y nobles. El protagonista, es una Catedral imponente. Y ya esto nos acerca a un anhelo civilizatorio ante un Dios tan distante como silencioso, mientras la vida humana apenas tenía algún valor. Una Catedral alrededor de la desolación y la ruina, alrededor de la violencia y la orfandad. Una Catedral como símbolo del poder de Dios entre los hombres y el anhelo humano porque esa alianza les permita una salvación en el más allá. En el ínterin, se sucede la “comedia” y la “locura”, Erasmo junto a Dante y Maquiavelo, denunciando el drama de la existencia y todas sus contradicciones. Los protagonistas padecen el horror pero tienen la fortuna de rehacerse y confiar una y otra vez en sus metas y anhelos. Los arquetipos son los ya clásicos en donde el bien se enfrenta al mal junto a unas inesperadas remisiones. La construcción cinematográfica de la historia impone la intriga por encima de la filosófica reflexión que uno desearía encontrar. Aún así, se mantiene el interés y uno redescubre un mundo histórico diametralmente diferente al nuestro en pleno siglo XXI, aunque el “móvil” humano apenas haya variado. La ambición desmedida por el dinero y el poder guía las distintas conspiraciones presentándonos un salvajismo donde la decencia queda solapada, aunque la integridad de los protagonistas, representantes del bien, permiten restablecer el orden y la justicia. Política y religión se intercambian y mimetizan, y los héroes se enfrentan a los malvados sin apenas matices. Héroes civiles, anónimos, con una carga de humanidad tan esencial como la de los encumbrados, en éste caso reyes, arzobispos, cardenales, condes y princesas. Al presentar el variopinto social y sus contrastes existe una preocupación por ofrecer una historia asimétrica y total, sólo, que las exigencias comerciales ceden a la rigurosidad histórica. No podemos pedirle más a una serie hecha para la televisión cuya finalidad es la de entretener sin profundizar en el “ethos” histórico, pero con todo, ésta versión nos luce hasta “familiar” y buena onda, apacible en los riesgos a tomar y apenas escandalosa para herir susceptibilidades modernas. Termino señalando que con todo y nuestros desmanes: los campos de concentración, la esclavitud, las dictaduras de hierro, las guerras mundiales y la bomba atómica, algo hemos progresado materialmente a través de la ciencia y la tecnología respecto a una Edad Media temerosa de Dios e imbuida por el miedo y el atraso. Hoy, no hacen falta catedrales para homenajear a Dios, el hombre las ha sustituido por megalópolis dicharacheras donde lo impersonal se impone sobre la calidez de la cercanía social. Los “nuevos pilares” de la tierra nos acercan a una atmósfera telemática, de realidad virtual donde la ambigüedad se enseñorea. El legado medieval europeo es una huella de identidad común muy valiosa, ya que representa el retorno a los orígenes desde una veneración positiva y alentadora que podría inspirar a las generaciones de hoy a vivir en mundos futuros más plenos. La “casa” europea es la nueva Catedral que relanza un proyecto comunitario auspicioso sin que por ello se cuestione su gestación y desenvolvimiento. De esto y mucho más deriva ésta serie ambiciosa en su confección y que relega lo fantástico y sobrenatural haciendo hincapié en las maquinaciones terrenales, algo que agradecemos luego de estar tan atiborrados por una mitología de los fantástico barroca e infantil alrededor del EL SEÑOR DE LOS ANILLOS y sus variantes.
bucefalo
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