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Japón Japón · Shizuoka
Voto de D_Karasu:
6
Thriller. Intriga Wang, un trabajador chino que vive en el área industrial de Singapur sufre un accidente en el trabajo y está ansioso por la repatriación. Incapaz de dormir, comienza a frecuentar un cibercafé en medio de la noche. Con la esperanza de encontrar alguna forma de contacto humano en una tierra que lo hace sentir alienado, hace una amistad en línea que termina siendo mucho más siniestra de lo esperado. Cuando Wang desaparece repentinamente, ... [+]
14 de septiembre de 2020
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En A land imagined la historia comienza con una búsqueda, dos policías van tras el rastro del trabajador Wang (Xiaoyi Liu), el cual lleva unas semanas ausente de su puesto de trabajo, una enorme obra donde toneladas de arena intentan comerle terreno al mar. Lo que en un principio iba a ser pan comido, se va trasformando en un viaje vertiginoso a un submundo de trabajadores explotados, un cibercafé regentado por ninfas que cobran por servicio, una tierra de almas abandonadas por la sociedad y una pista que se basa en el sueño que tuvo uno de los policías (Lok, protagonizado por Peter Yu). Un sueño que se convertirá en una prueba en la que descubrirás que debes desconfiar de todo aquello que la realidad te oculta.

Quizás podéis pensar, que tal como lo he expuesto es una sinopsis algo enrevesada, pero simplemente es solo un aviso de navegante; porque en este film ni todo es lo que parece, ni lo que parece puede llevarnos a un sitio en concreto.

Con esta premisa, es posible caer en la tentación de pensar que todo lo que veremos en la gran pantalla es un sueño, pero lo cierto es que este camino fácil no nos llegaría a ninguna parte. Porque en A land imagined lo que importa es el viaje en sí y no su término, la búsqueda de los dos personajes protagonistas: uno buscando un modo de escapar de un lúgubre futuro y el otro queriendo saber si Wang es un desconocido o alguien que ve frente al espejo. Dos yonquis de la vigilia que convierten sus sofocantes noches en el momento ideal para explorar este nuevo reino de Hades. A través de una conexión imperceptible que hará de ellos simples peones en una invisible partida de ajedrez.

En aquel inframundo las mujeres casi no existen, los trabajadores se masifican como el ganado, sus nóminas son pagarés para recuperar sus pasaportes, las castas existen y los hindúes son la mano de obra más barata. Un desierto donde un cibercafe es un oasis; y el porno, el videojuego counter-strike, el sexo furtivo y las relaciones virtuales son manjares donde evadirse del calor nocturno y de una cama llena de chinches.

Allí es donde nuestros protagonistas encontrarán a una enigmática mujer (Luna Kwok), una ninfa del ciberpunk que les harán evadirse de su monotonía y les invitará a un paseo por el lado salvaje de la vida. Donde unas canciones hipnotizantes llevadas a cabo por un gentío de danzantes hindúes será su rito iniciático.

Un viaje contemplativo con una maravillosa fotografía, en el que los paisajes e imágenes rezuman simbolismo, pero cuyo ritmo es tan pausado que pondrá a juego al cinéfilo más sosegado. Una trama que irá desarrollándose hasta un punto casi invisible donde te darás cuenta que el tiempo no es una flecha unidireccional sino un fluido muy espeso, en una historia que tiene el sabor del buen cine negro, pero que debido a su “dilación contemplativa” toma otra dimensión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
D_Karasu
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