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Voto de Vivoleyendo:
8
Thriller. Acción. Drama. Cine negro Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon, su jefe, que conoce bien su talento al volante, lo mismo le busca directores de cine y televisión que criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver comienza a cambiar el día en ... [+]
25 de diciembre de 2011
35 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
La conducción puede llegar a ser como un opiáceo. Ofrece una falsa sensación de libertad, de cierto poder, de dominar el asfalto, la velocidad que cosquillea en la boca del estómago. La cabina aísla del exterior y estás a solas contigo mismo, sientes seguridad en tus actos, el volante es una herramienta de control, el equipo de audio es el amigo con el que te comunicas mientras escuchas tu música favorita. Todo lo de fuera llega amortiguado, los cristales ligeramente tintados atenúan los perfiles, los sonidos externos parecen surgir desde un mundo de ficción. El resto de los vehículos con los que te cruzas son entes anónimos sin rostro, fantasmales robots fugaces que se sumergen en la niebla del olvido. Es como si en lugar de ser tú el que se desplaza, lo hiciese el paisaje circundante, todo está de paso, todo surge en un punto del horizonte allá al frente, para ser tragado por tu coche unos segundos más tarde, nada permanece, excepto el cielo, el sol, la luna y las estrellas, testigos silenciosos de tus andanzas que comprenden la adrenalina de la soledad al volante, que entienden el aislamiento de los solitarios.
No obstante, todo eso es ilusorio, porque en cualquier desliz de la carretera perdemos ese control que creíamos poseer y ya no somos dueños de nuestro destino, como no lo hemos sido nunca en realidad.
Driver avanza así por la vida, una prolongación de un volante, una sombra detrás de un cristal, sin detenerse. Pero conoce a Irene y ella es como el sol que, por más que uno corra quemando los neumáticos, siempre te mira desde las alturas. Y ya no hay control.
En la hipnosis de un sombrío Los Ángeles crepuscular de etéreas vistas y sintonías narcóticas de sintetizador, se construye una nueva visión del cine negro en el que un trémulo romanticismo redime de la sordidez y el salvajismo. Es la única recompensa de esa especie de héroe del inframundo, mancillado y condenado, que al darse de cara con un adorable rostro que no podrá olvidar perderá el dominio de su volante y ya sólo podrá verla a ella mientras su coche se precipita hacia el abismo.
Vivoleyendo
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